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El espacio salvaje, entre Derrid y Robinson
El espacio salvaje: la bestia de Derrida en la isla de Robinson

ISBN 978-84-16996-28-5

Edición en papel y en digital.

Tres pilares básicos: el seminario de Jacques Derrida, La bestia y el soberano, Robinson Crusoe de Daniel Defoe y La invención de Morel de Bioy Casares.

I Parte arranca con: «la bestia es el soberano» (Derrida). Desde la lógica, la antropología, el mito y la escritura se proponen tesis como la teoría del desconocimiento, la muerte del falo, la lógica del fantasma o que no hay nunca poder sin representación teatral, que bestia y soberano no se excluyen sino que se precisan.

El intermedio o catálogo de islas está compuesto por siete capítulos en los que desfilan el Foe de Coetzee, Bergman, Buñuel, Lars vonTrier, el hikikomori japonés en relación al fantasma lacaniano, o la novela de Ibn Tufayl. 

II Parte. Cada capítulo es tripartito, y trata el Robinson de Crusoe, el seminario de Derrida y La invención de Morel, de forma relacionada.

Epílogo. La cuestión de la escritura como relato. Entendiendo con Derrida que «nada queda fuera del texto», se presentan aquí varios modos y niveles del relato.

El espacio salvaje, entre Derrid y Robinson
Quemar la letra (la cuestión de la escritura en De la gramatología de Jacques Derrida)

e-spacio UNED

Edición en digital. Acceso libre.

Lo que proponemos aquí es una lectura de De la gramatología de Jacques Derrida. Vamos en busca de la escritura en un sentido que excede el tradicional y que incluye también el habla y todo lenguaje. En la segunda parte trataremos la cuestión de la violencia, del origen, de lo «natural». En el tercer apartado estableceremos un paralelismo entre el sistema tonal de la música y el estructuralismo, y nos cuestionaremos, a partir de ahí, la posible automaticidad de un habla maquinal. Para terminar, sin por ello cerrar, diremos que el filósofo es un escritor y que la filosofía pasa por la escritura. Llegados aquí, defenderemos que incluso entendiendo la escritura de una manera tradicional, como mera notación o inscripción, en ningún caso la escritura es copia, suplemento o mero archivo del habla. Como una especie de coda, o a modo de posdata, veremos cómo la cuestión de la comunicación digital, de las redes sociales, etc., propone una escritura que no es ya institución durable, que no es ya siquiera fijación, casi ni inscripción; una escritura más efímera que la voz, una escritura a modo de soplo, un soplo que no sirve quizá ya para apagar ningún fuego. 

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